Cristina Arribas González: la vida, el arte y el instante /Donde la palabra no muere/
¿Crees que la muerte te volverá a la vida o la vida?
Tal vez la muerte no sea un final, sino otra forma de comienzo. No sé si me devolverá a la vida, pero sí creo que, a través de lo vivido, de lo creado, de lo amado, algo de mí seguirá latiendo.
Quizá es la vida la que, una y otra vez, nos devuelve a nosotros mismos a través del recuerdo, de la palabra, del arte. Y quizá la muerte solo sea el punto donde todo se reúne: lo que fuimos, lo que dimos, lo que dejamos.
Si algo me vuelve, será el amor que dejé en lo que hice, y la belleza.
He vivido el arte como quien respira: no como un acto extraordinario, sino como una necesidad constante, callada y profunda. Cada palabra que he escrito, cada trazo, cada imagen compartida, ha sido una forma de habitar el mundo con más verdad.
Si algo permanece cuando me vaya, que no sea solo la obra, sino el gesto de entrega, el impulso de amor, la invitación a mirar más allá. Que quien llegue a mis textos o a mis imágenes, aunque sea mucho después, sienta que no está solo, que hay una voz que todavía le habla desde el tiempo, desde el cuerpo, desde el instante.
No me preocupa irme. Me importa haber estado... Siento que en cualquier momento me puedo morir por eso trabajo con profundidad hacia mi legado.
¿Cuánto dura el amor y cuánto dura el olvido?
El amor no tiene una duración exacta: a veces es un instante que lo cambia todo, y otras veces es una presencia que se queda a vivir dentro de nosotros para siempre, aunque cambie de forma. El amor verdadero —aunque se transforme o se pierda— deja una huella que no desaparece del todo.
El olvido, en cambio, no siempre es olvido. A menudo es solo una capa fina de silencio que se posa sobre lo vivido, pero debajo siguen latiendo las emociones, los gestos, la memoria. El olvido puede durar una vida, o puede no llegar nunca. Porque aquello que nos tocó de verdad, que nos transformó, encuentra siempre la forma de volver.
*Diálogos interdisciplinares: La vida, el arte y el instante. Donde la palabra no muere; Cristina Arribas González.*